Ficha de cátedra: Los dativos

Hola.

Les dejo una ficha de cátedra sobre DATIVOS. Al final, van a encontrar ejercicios para practicar.

Saludos.

José

LOS DATIVOS

Ante de comenzar, vale la pena repasar algunas cuestiones. En español, los pronombres y los clíticos pronominales presentan una forma particular según la función sintáctica que desempeñan en la oración. La información gramatical que representa este cambio se denomina caso y, en español, los clíticos pronominales presentan información de caso acusativo (cuando cumplen la función de objeto directo) y caso dativo (cuando cumplen las funciones que veremos a continuación). Como puede verse en el cuadro, solo la tercera persona nos permite distinguir entre un caso y otro, por lo que resulta relevante tener en cuenta esta distinción para reconocer de qué función se trata.

Cuadro 1: Clíticos acusativos y dativos del español

Persona y número Caso acusativo Caso dativo
1SG me (Juan me ama) me (Juan me regaló un libro)
2SG te (Juan te ama) te (Juan te regaló un libro)
3SG lo/la (Juan lo/la ama) le (Juan le regaló un libro)
1PL nos (Juan nos ama) nos (Juan nos regaló un libro)
3PL los/las (Juan los/las ama) les (Juan les regaló un libro)

Cuando el objeto directo aparece pronominalizado, i.e., sustituido por el clítico lo, el clítico dativo de tercera persona (le/les) presenta la forma se. Este un caso de variación alomórfica.

(1) a. Juan se lo devolvió. [se en lugar de le]

  1. Juan se lo tejió. [se en lugar de le]
  2. Juan me la rompió. [queda me porque no es tercera persona]

Entre las funciones sintácticas que se reconocen en español, están aquellas encabezadas obligatoriamente por la preposición a y que pueden ser reemplazadas por un clítico dativo (me, te, le, nos, les). En la mayoría de los casos, el clítico no solo reemplaza, sino que también duplica al dativo encabezado por a.

(2) Pedro lei regaló un libro [a Juan]i.

Cuando el constituyente encabezado por la preposición a no se pronuncia, se considera la presencia de una categoría nula/vacía (Ø) que está coindizada con el clítico.

(3) Pedro mei regaló un libro Øi.

Tradicionalmente, todas las construcciones de dativo se reunían bajo el nombre de objeto indirecto, en contraposición al objeto directo que no necesita de una preposición para que medie entre ese constituyente y el verbo.

(4) a. Juan compró [OD un libro]

  1. Juan le compró un libro a Pedro.

Sin embargo, actualmente se prefiere hablar de construcciones de dativo y utilizar el término objeto indirecto para nombrar a aquellos casos en los que la construcción de dativo representa un argumento seleccionado por un verbo ditransitivo. Los verbos ditransitivos son los que seleccionan dos argumentos internos. En el caso general, uno cumple la función sintáctica de objeto directo y el otro se realiza como una construcción de dativo (objeto indirecto).

Las construcciones de dativo se dividen entre aquellas que representan un argumento seleccionado por el predicado verbal y aquellas que introducen un constituyente no seleccionado.

Dativos argumentales

Entre los dativos argumentales se reconocen dos grupos. Por un lado, se encuentran las construcciones de dativo que aparecen con verbos ditransitivos (predicados que suponen transferencia, verbos de comunicación, verbos de influencia). Estos dativos son los que clasifican bajo el nombre de objetos indirectos y las configuraciones sintácticas en las que aparecen tienen, además, un sujeto y un objeto directo. Subrayamos el objeto directo y marcamos en cursiva el objeto indirecto (y el clítico que lo dobla)

(5) a. Juan le devolvió el libro a Ana. [verbo de trasferencia]

  1. Juan le prometió un viaje a su hijo. [verbo de comunicación]

c Juan me pidió un libro Ø. [verbo de influencia]

El objeto indirecto puede representar diferentes papeles temáticos, de acuerdo a los papeles que seleccione el predicado verbal. En general, se interpreta como META (Juan le regaló un libro a Ana) u ORIGEN (Juan le pidió el libro a Ana). Así como existen objetos directos sobreentendidos o implícitos, también puede haber objetos indirectos sobreentendidos. Esto no significa que el verbo no los selecciona, sino simplemente que no se pronuncian porque se interpretan de manera genérica o porque se sobreentienden en un contexto particular.

(6) a. Juan devolvió el libro de gramática. [Alguien DEVUELVE algo a alguien]

  1. Juan prometió un viaje. [Alguien PROMETE algo a alguien]
  2. Juan pidió un aumento [Alguien PIDE algo a alguien]

Además, las construcciones de dativo que se incluyen bajo el nombre de objeto indirecto son las únicas en las que, en ocasiones, es posible que no aparezca el clítico doblando al dativo.

(7) a. Juan donó libros a la biblioteca.

  1. El corresponsal comunicó las novedades a la ciudadanía.

El segundo tipo de dativo argumental es el que aparece con los denominados verbos inacusativos, i.e., que no tienen argumentos relacionados con el caso acusativo (es decir, carecen de objeto directo). Se trata de predicados que involucran emociones (gustar, molestar, interesar) y verbos de estado (sobrar, faltar, convenir, etc.). Estos dativos se denominan dativos de interés. A diferencia de los objetos indirectos vistos anteriormente, en la forma discursiva más neutra (no marcada), los dativos de interés aparecen en posición inicial y el sujeto se pospone al verbo.

(8) a. A Juan le conviene esa chica. [verbo de estado]

  1. A Ana le encanta el ballet. [verbo de emoción]

Además de ser argumentales, nunca pueden estar implícitos (9) y el doblado del clítico dativo es obligatorio (10).

(9) a. *Conviene esa chica.

  1. *Encanta el ballet.

(10) a. *A Juan conviene esa chica.

  1. *A Ana encanta el ballet.

Sí puede omitirse el constituyente encabezado por a y el análisis es el mismo que propusimos más arriba:

(11) a. Øi Lei conviene esa chica.[1]

  1. Øi Lei encanta el ballet.

Los dativos no argumentales

Todas las lenguas presentan algún mecanismo para borrar argumentos que son seleccionados por un predicado y también para introducir elementos facultativos, i.e., no seleccionados. En español, una de las maneras más productivas de agregar un constituyente es a través de las construcciones de dativo. Los gramáticos acuerdan en que los dativos agregados pueden clasificarse en tres grupos, según el valor semántico que añaden a la construcción en general y su comportamiento sintáctico.

 

Dativo benefactivo: aparece con verbos de acción (es decir, que seleccionan un Agente), fundamentalmente monotransitivos, y denota a la entidad beneficiada o perjudicada por esa acción.

(12) a. Juan le cocinó una torta a su esposa. [Alguien COCINA algo]

  1. Cleopatra le construyó un palacio a Julio César [Alguien CONSTRUYE algo]

En este caso, la duplicación por el clítico dativo es obligatoria y, cuando la entidad es beneficiada, puede parafrasearse por el sintagma preposicional para.

(13) a. Juan cocinó una torta para su esposa.

  1. Cleopatra construyó un palacio para Julio César.

 

Dativo posesivo: aparece con verbos transitivos e inacusativos (intransitivos no agentivos) y denota la entidad poseedora. Con los verbos transitivos, el objeto poseído es el objeto directo (14), mientras que con los verbos inacusativos o con construcciones inacusativas el objeto poseído es el sujeto (15). Subrayamos la entidad poseída y en cursiva marcamos al poseedor (dativo posesivo).

(14) a. Juan lei rompió la bicicleta a Pedroi. [alguien ROMPE algo] > La bicicleta es de Pedro

  1. Ana mei cortó el pelo Øi. [Alguien CORTA algo] > El pelo es mío/Mi pelo
  2. Tei acomodé los papeles Øi. [Alguien ACOMODA algo] >Los papeles son tuyos/Tus papeles

(15) a. A Juani lei duele la cabeza. [algo DUELE] > La cabeza es de Juan

  1. Se mei rompió la bicicleta Øi. [algo SE ROMPE] > La bicicleta es mía/ Mi bicicleta
  2. A Juani se lei cierran los ojos. [algo SE CIERRA] > Los ojos son de Juan

Dativo ético: indica la persona que participa emocionalmente en el evento expresado por la oración y tiene un valor estilístico marcado.

(16) a. No te me vayas.

  1. No te me duermas.

No hay muchas coincidencias entre los gramáticos con respecto a sus propiedades. Di Tullio señala que sólo aparece representado por un clítico, en general de primera persona, y descarta la posibilidad de la ocurrencia de la forma plena (a + SD), sin embargo, es posible la referencia a una tercera persona involucrada emocionalmente en el evento y la duplicación puede darse como tópico inicial: A mí la nena no se me pone nerviosa.

Dada su relación con el plano emocional, algunos autores (ver, por ejemplo, en la NGLE), lo denominan dativo de interés no argumental. Siempre representa a la entidad afectada emocionalmente por un evento, pero que no es responsable de ese evento. Independientemente de la denominación que se utilice, el punto es que el dativo introduce un experimentante en el evento, que no es seleccionado por el predicado.

(17) a. Se me cayó el vaso.

  1. A mí se me rompió el vaso. (esta construcción es marcada y se puede interpretar también como posesiva)
  2. A Juan se le murió mi perro. (aquí cancelamos la lectura posesiva)
  3. A Juan se le cortó la luz y no pudo terminar el trabajo.

Conclusión: El punto fundamental en la discusión sobre los tipos de construcciones de dativo es poder reconocer cuándo el dativo introduce un constituyente argumental, i.e., seleccionado por un predicado, y cuándo se trata de un constituyente agregado. Dado que los dativos presentan muchos valores diferentes, no siempre resulta sencillo establecer una clasificación tajante. En la lengua se observan ciertas tendencias. De hecho, como vimos más arriba, hay dativos que podrían clasificarse como dativos de interés, aunque no se trata de constituyentes argumentales.

Actividad:

Reconozca cuál es la construcción de dativo en las oraciones de abajo y clasifíquelos. Puede haber más de un dativo en algunas oraciones.

1) Le prometí volver pronto.

2) ¿A quién le regalaste el libro?

3) Me puse la campera.

4) Se le cayó la cacelora.

5) A nadie le importa tu trabajo.

6) Ana no quiere prestarme plata.

7) Se me ensució el vestido que me prestó Ana.

8) Se me oscureció el pelo.

9) Juan le hizo un postre a Estela.

10) Le lavé la cara.

11) No me parece relevante tu pregunta.

12) ¿Me estudiaste la lección?

13) Al avión le falla el motor.

14) No me le quemen la cabeza al pibe.

15) Me da mucha rabia esa actitud tuya.

16) Te llegó la encomienda.

[1] En general, la categoría vacía se coloca en la misma posición en la que iría la forma plena. Por eso, en el caso del objeto indirecto la pusimos después del objeto directo y con el dativo de interés la ponemos en posición inicial.

Ficha de cátedra: tipos de dativo

Vuelvo a subir la ficha de dativos. Recuerden que este tema también entra en el parcial. ¡Saludos!

Tipos de dativos

Ficha de cátedra elaborada por la Dra. María Mare

Ante de comenzar, vale la pena repasar algunas cuestiones. En español, los pronombres y los clíticos pronominales presentan una forma particular según la función sintáctica que desempeñan en la oración. La información gramatical que representa este cambio se denomina caso y, en español, los clíticos pronominales presentan información de caso acusativo (cuando cumplen la función de objeto directo) y caso dativo (cuando cumplen las funciones que veremos a continuación). Como puede verse en el cuadro, solo la tercera persona nos permite distinguir entre un caso y otro, por lo que resulta relevante tener en cuenta esta distinción para reconocer de qué función se trata.

Cuadro 1: Clíticos acusativos y dativos del español

Persona y número Caso acusativo Caso dativo
1SG me (Juan me ama) me (Juan me regaló un libro)
2SG te (Juan te ama) te (Juan te regaló un libro)
3SG lo/la (Juan lo/la ama) le (Juan le regaló un libro)
1PL nos (Juan nos ama) nos (Juan nos regaló un libro)
3PL los/las (Juan los/las ama) les (Juan les regaló un libro)

Cuando el objeto directo aparece pronominalizado, i.e., sustituido por el clítico lo, el clítico dativo de tercera persona (le/les) presenta la forma se. Este un caso de variación alomórfica.

(1) a. Juan se lo devolvió. [se en lugar de le]

  1. Juan se lo tejió. [se en lugar de le]
  2. Juan me la rompió. [queda me porque no es tercera persona]

Entre las funciones sintácticas que se reconocen en español, están aquellas encabezadas obligatoriamente por la preposición a y que pueden ser reemplazadas por un clítico dativo (me, te, le, nos, les). En la mayoría de los casos, el clítico no solo reemplaza, sino que también duplica al dativo encabezado por a.

(2) Pedro lei regaló un libro [a Juan]i.

Cuando el constituyente encabezado por la preposición a no se pronuncia, se considera la presencia de una categoría nula/vacía (Ø) que está coindizada con el clítico.

(3) Pedro mei regaló un libro Øi.

Tradicionalmente, todas las construcciones de dativo se reunían bajo el nombre de objeto indirecto, en contraposición al objeto directo que no necesita de una preposición para que medie entre ese constituyente y el verbo.

(4) a. Juan compró [OD un libro]

  1. Juan le compró un libro a Pedro.

Sin embargo, actualmente se prefiere hablar de construcciones de dativo y utilizar el término objeto indirecto para nombrar a aquellos casos en los que la construcción de dativo representa un argumento seleccionado por un verbo ditransitivo. Los verbos ditransitivos son los que seleccionan dos argumentos internos. En el caso general, uno cumple la función sintáctica de objeto directo y el otro se realiza como una construcción de dativo (objeto indirecto).

Las construcciones de dativo se dividen entre aquellas que representan un argumento seleccionado por el predicado verbal y aquellas que introducen un constituyente no seleccionado.

Dativos argumentales

Entre los dativos argumentales se reconocen dos grupos. Por un lado, se encuentran las construcciones de dativo que aparecen con verbos ditransitivos (predicados que suponen transferencia, verbos de comunicación, verbos de influencia). Estos dativos son los que clasifican bajo el nombre de objetos indirectos y las configuraciones sintácticas en las que aparecen tienen, además, un sujeto y un objeto directo. Subrayamos el objeto directo y marcamos en cursiva el objeto indirecto (y el clítico que lo dobla)

(5) a. Juan le devolvió el libro a Ana. [verbo de trasferencia]

  1. Juan le prometió un viaje a su hijo. [verbo de comunicación]

c Juan me pidió un libro Ø. [verbo de influencia]

El objeto indirecto puede representar diferentes papeles temáticos, de acuerdo a los papeles que seleccione el predicado verbal. En general, se interpreta como META (Juan le regaló un libro a Ana) u ORIGEN (Juan le pidió el libro a Ana). Así como existen objetos directos sobreentendidos o implícitos, también puede haber objetos indirectos sobreentendidos. Esto no significa que el verbo no los selecciona, sino simplemente que no se pronuncian porque se interpretan de manera genérica o porque se sobreentienden en un contexto particular.

(6) a. Juan devolvió el libro de gramática. [Alguien DEVUELVE algo a alguien]

  1. Juan prometió un viaje. [Alguien PROMETE algo a alguien]
  2. Juan pidió un aumento [Alguien PIDE algo a alguien]

Además, las construcciones de dativo que se incluyen bajo el nombre de objeto indirecto son las únicas en las que, en ocasiones, es posible que no aparezca el clítico doblando al dativo.

(7) a. Juan donó libros a la biblioteca.

  1. El corresponsal comunicó las novedades a la ciudadanía.

El segundo tipo de dativo argumental es el que aparece con los denominados verbos inacusativos, i.e., que no tienen argumentos relacionados con el caso acusativo (es decir, carecen de objeto directo). Se trata de predicados que involucran emociones (gustar, molestar, interesar) y verbos de estado (sobrar, faltar, convenir, etc.). Estos dativos se denominan dativos de interés. A diferencia de los objetos indirectos vistos anteriormente, en la forma discursiva más neutra (no marcada), los dativos de interés aparecen en posición inicial y el sujeto se pospone al verbo.

(8) a. A Juan le conviene esa chica. [verbo de estado]

  1. A Ana le encanta el ballet. [verbo de emoción]

Además de ser argumentales, nunca pueden estar implícitos (9) y el doblado del clítico dativo es obligatorio (10).

(9) a. *Conviene esa chica.

  1. *Encanta el ballet.

(10) a. *A Juan conviene esa chica.

  1. *A Ana encanta el ballet.

Sí puede omitirse el constituyente encabezado por a y el análisis es el mismo que propusimos más arriba:

(11) a. Øi Lei conviene esa chica.[1]

  1. Øi Lei encanta el ballet.

Los dativos no argumentales

Todas las lenguas presentan algún mecanismo para borrar argumentos que son seleccionados por un predicado y también para introducir elementos facultativos, i.e., no seleccionados. En español, una de las maneras más productivas de agregar un constituyente es a través de las construcciones de dativo. Los gramáticos acuerdan en que los dativos agregados pueden clasificarse en tres grupos, según el valor semántico que añaden a la construcción en general y su comportamiento sintáctico.

 

Dativo benefactivo: aparece con verbos de acción (es decir, que seleccionan un Agente), fundamentalmente monotransitivos, y denota a la entidad beneficiada o perjudicada por esa acción.

(12) a. Juan le cocinó una torta a su esposa. [Alguien COCINA algo]

  1. Cleopatra le construyó un palacio a Julio César [Alguien CONSTRUYE algo]

En este caso, la duplicación por el clítico dativo es obligatoria y, cuando la entidad es beneficiada, puede parafrasearse por el sintagma preposicional para.

(13) a. Juan cocinó una torta para su esposa.

  1. Cleopatra construyó un palacio para Julio César.

 

Dativo posesivo: aparece con verbos transitivos e inacusativos (intransitivos no agentivos) y denota la entidad poseedora. Con los verbos transitivos, el objeto poseído es el objeto directo (14), mientras que con los verbos inacusativos o con construcciones inacusativas el objeto poseído es el sujeto (15). Subrayamos la entidad poseída y en cursiva marcamos al poseedor (dativo posesivo).

(14) a. Juan lei rompió la bicicleta a Pedroi. [alguien ROMPE algo] > La bicicleta es de Pedro

  1. Ana mei cortó el pelo Øi. [Alguien CORTA algo] > El pelo es mío/Mi pelo
  2. Tei acomodé los papeles Øi. [Alguien ACOMODA algo] >Los papeles son tuyos/Tus papeles

(15) a. A Juani lei duele la cabeza. [algo DUELE] > La cabeza es de Juan

  1. Se mei rompió la bicicleta Øi. [algo SE ROMPE] > La bicicleta es mía/ Mi bicicleta
  2. A Juani se lei cierran los ojos. [algo SE CIERRA] > Los ojos son de Juan

Dativo ético: indica la persona que participa emocionalmente en el evento expresado por la oración y tiene un valor estilístico marcado.

(16) a. No te me vayas.

  1. No te me duermas.

No hay muchas coincidencias entre los gramáticos con respecto a sus propiedades. Di Tullio señala que sólo aparece representado por un clítico, en general de primera persona, y descarta la posibilidad de la ocurrencia de la forma plena (a + SD), sin embargo, es posible la referencia a una tercera persona involucrada emocionalmente en el evento y la duplicación puede darse como tópico inicial: A mí la nena no se me pone nerviosa.

Dada su relación con el plano emocional, algunos autores (ver, por ejemplo, en la NGLE), lo denominan dativo de interés no argumental. Siempre representa a la entidad afectada emocionalmente por un evento, pero que no es responsable de ese evento. Independientemente de la denominación que se utilice, el punto es que el dativo introduce un experimentante en el evento, que no es seleccionado por el predicado.

(17) a. Se me cayó el vaso.

  1. A mí se me rompió el vaso. (esta construcción es marcada y se puede interpretar también como posesiva)
  2. A Juan se le murió mi perro. (aquí cancelamos la lectura posesiva)
  3. A Juan se le cortó la luz y no pudo terminar el trabajo.

Conclusión: El punto fundamental en la discusión sobre los tipos de construcciones de dativo es poder reconocer cuándo el dativo introduce un constituyente argumental, i.e., seleccionado por un predicado, y cuándo se trata de un constituyente agregado. Dado que los dativos presentan muchos valores diferentes, no siempre resulta sencillo establecer una clasificación tajante. En la lengua se observan ciertas tendencias. De hecho, como vimos más arriba, hay dativos que podrían clasificarse como dativos de interés, aunque no se trata de constituyentes argumentales.

Actividad:

Reconozca cuál es la construcción de dativo en las oraciones de abajo y clasifíquelos. Puede haber más de un dativo en algunas oraciones.

1) Le prometí volver pronto.

2) ¿A quién le regalaste el libro?

3) Me puse la campera.

4) Se le cayó la cacelora.

5) A nadie le importa tu trabajo.

6) Ana no quiere prestarme plata.

7) Se me ensució el vestido que me prestó Ana.

8) Se me oscureció el pelo.

9) Juan le hizo un postre a Estela.

10) Le lavé la cara.

11) No me parece relevante tu pregunta.

12) ¿Me estudiaste la lección?

13) Al avión le falla el motor.

14) No me le quemen la cabeza al pibe.

15) Me da mucha rabia esa actitud tuya.

16) Te llegó la encomienda.

[1] En general, la categoría vacía se coloca en la misma posición en la que iría la forma plena. Por eso, en el caso del objeto indirecto la pusimos después del objeto directo y con el dativo de interés la ponemos en posición inicial.

Apunte 2: La morfología derivativa en español

APUNTE 2: LA MORFOLOGÍA DERIVATIVA EN ESPAÑOL

Prof. María Mare

La morfología derivativa nos permite crear nuevas palabras a partir de formas existentes. Existen diferentes procesos de formación de palabras, como la afijación, la composición y la conversión. Aquí nos detendremos en la afijación. Comencemos con un breve repaso de este proceso morfológico y las maneras en las que se realiza.

  1. Afijación: supone el ensamble de un morfema a una base. Muchos de los morfemas seleccionan la categoría de la base a la que se unen. La afijación se realiza de tres maneras:

Sufijación: se añade al final de la base. Puede alterar la categoría de la base (alimentarVERBO> alimenta-ciónNOMBRE).

Prefijación: se añade un morfema (prefijo) a la izquierda de la base. La prefijación nunca altera la categoría de la base: (dirigirVERBO>co-dirigirVERBO).

Circunfijación: supone la presencia de un morfema discontinuo, que agrega información a la izquierda y a la derecha de la base. En muchos casos, la información que se agrega a la derecha no se pronuncia, por lo que se plantea la presencia de un morfema cero Ø. Cambia la clase de palabra: (belloA> [em-bell-ec]V) o bien (largoA> [a-larg-Ø]V). La circunfijación tiene lugar cuando necesariamente se debe agregar morfología a la derecha y a la izquierda de la base en un mismo proceso. Una manera de descartar o confirmar que el proceso en cuestión es la circunfijación es probar que, si agregando solo uno de los morfemas, obtenemos una palabra existente. Si comparamos desforestación con alargar vemos que en ambos casos tenemos morfología a la derecha y a la izquierda de la base (indicada entre corchetes):

  1. DES-[FORESTA]-CIÓN
  2. A-[LARG]- Ø-(A-R)

Ahora bien, para comprobar si se trata de un proceso de circunfijación o de dos procesos que tuvieron lugar en distinto momento (prefijación, por un lado, y sufijación, por el otro), debemos ver si al dejar uno solo de los morfemas obtenemos una palabra existente. Si esto no sucede, estamos ante un caso de circunfijación. Veamos:

  1. DES-[FORESTA]-CIÓN
  2. Tomamos la base verbal y ensamblamos solo DES-: DESFORESTAR (palabra existente)
  3. Tomamos la base verbal y ensamblamos solo –CIÓN: FORESTACIÓN (palabra existente)

Es decir, en el caso de DESFORESTACIÓN obtenemos en cualquiera de los dos casos una palabra existente, así es que no tenemos circunfijación, sino que primero afijamos DES- a la base verbal (prefijación) y luego –CIÓN a la base verbal DESFORESTA (sufijación).[1]

  1. A-[LARG]- Ø- (A-R)
  2. Tomamos la base adjetival [LARG] (de largo) y ensamblamos solo A-: ALARGO[2] (palabra inexistente: *un camino muy alargo)
  3. Tomamos la base adjetival [LARG] y ensamblamos solo el morfema Ø que formaría verbos: LARGAR[3] (palabra inexistente).

Es decir, en el caso de ALARGAR sí tenemos circunfijación ya que no formamos palabras existentes vinculadas al adjetivo largo, si agregamos morfología solo a uno de los lados de la base. Aquí necesariamente debemos ensamblar al mismo tiempo la morfología que va a la derecha y la que va a la izquierda.

En resumen, cuando tenemos morfología a la izquierda y a la derecha de la base, no podemos asumir que se trata de circunfijación, sino que debemos hacer las pruebas correspondientes para descartar la posibilidad de que estemos ante otra de las variantes del proceso de afijación.

A continuación, nos detendremos en los principales afijos que se encuentran en español y en algunas de las variables que presentan.

[1] Para descartar la circunfijación no hace falta que las dos pruebas nos den como resultado una palabra existente. Mientras una de las dos pruebas nos de un buen resultado, ya podemos descartar que la circunfijación tiene lugar.

[2] ¡Ojo! No se confundan con la conjugación del verbo alargar. En el proceso puntual que estamos discutiendo, ALARGO no es la primera persona del presente de indicativo del verbo alargar (yo alargo), sino que debería formarse un adjetivo, ya que la base adjetival (largo) y los prefijos no cambian la categoría de la base.

[3] Existe un verbo largar, sinónimo de tirar, desechar, dejar (largué a mi novia), pero que claramente no tiene ninguna relación con el adjetivo largo.

Apunte 1: La conjugación verbal en español

INTRODUCCIÓN A LA GRAMÁTICA ESPAÑOLA

TALLER DE GRAMÁTICA ESPAÑOLA

APUNTE 1: LA CONJUGACIÓN VERBAL EN ESPAÑOL

Profesora: María Mare

  1. Información morfológica de las formas verbales

Los verbos del español presenten la información gramatical en dos grupos: TIEMPO-MODO y ASPECTO (TMA), por un lado, y NÚMERO y PERSONA (N/P), por el otro. El primer grupo es adyacente al tema verbal (raíz + vocal temática), mientras que el segundo siempre aparece al final. Observe los ejemplos:

CANT-AVOCAL TEMÁTICA-BATMA-NN/P

COM- EVOCAL TEMÁTICA-RETMA-MOSN/P

Existen tres formas verbales que no presentan información de número y persona y manifiestan algunas particularidades con respecto a la información de TMA. Estas formas son el PARTICIPIO presente (ama-nte) y pasado (ama-do), el gerundio (ama-ndo) y el infinitivo (ama-r). La forma de INFINITIVO tiene algunas características que la hacer relevante como punto de partida para pensar tanto los procesos derivativos como los flexivos. Concretamente, en la forma de infinitivo de todos los verbos es posible reconocer la VOCAL TEMÁTICA, que nos va a permitir indicar de qué manera de conjuga el verbo.

La VOCAL TEMÁTICA (VT) no aporta ningún tipo de información (ni semántica, ni gramatical), sino que permite agrupar los verbos en tres clases según cuál sea la vocal temática y también permite distinguir tres temas verbales, según las modificaciones que sufre esta vocal.

Las tres clases de verbos son las que se conocen como conjugaciones:

Primera conjugación: VT es A (amar, cantar, bailar…)

Segunda conjugación: VT es E (beber, correr, tener…)

Tercera conjugación: VT es I (vivir, partir, decir, sentir…)

La VT sufre diferentes alteraciones a causa de la acentuación (tem-E-r, pero tem-I-ste o tem-IE-ro-n) y puede suceder que no se pronuncie (am-A-r, pero am-ó). Estas dos posibilidades se observan también en los procesos derivativos que toman bases verbales: viv-I-r > viv-IE-nda o bendec-I-r > bendi(c)-ción.

  1. Los problemas en la segmentación

A diferencia de la morfología nominal (género y número), la morfología verbal (TMA y N/P) no siempre es tan fácil de identificar y segmentar. Compare por ejemplo las palabras de abajo:

PERROS → PERR-OMASC-SPL

COMERÁN → COM-EVT-RAFUT-N3PL

(!!) COMÍ→ COM-IVT/TMA/NP

En COMÍ es imposible distinguir qué tipo de información representa la I. Una hipótesis de análisis es que I sea un MORFO AMALGAMA, es decir, un morfema que contiene mucha más información que la esperable en el sistema lingüístico que se analiza. Otra posibilidad es pensar que I, solo representa un conjunto de información y que los otros dos conjuntos están presentes, pero no se pronuncian: son MORFOS CERO. En este caso se usa Ø. Representamos a continuación los análisis que surgen de cada una de estas hipótesis.

MORFO AMALGAMA: COMÍ→ COM-IVT/TMA/NP

MORFOS CEROS: COMÍ→ COM-ØVT-ITMANP    o bien COM-ØVT-ITMA/NP

  1. Las alteraciones en el paradigma

Además de las alteraciones en las vocales temáticas, es frecuente encontrar alteraciones en las raíces. Estas alteraciones pueden graduarse de acuerdo con las diferencias que se observan. La alteración máxima se denomina SUPLECIÓN y se observa en verbos como ser o ir. Observe cómo cambian las raíces en estos dos casos:

SER: SOY, FUI, ERA

IR: VOY, FUI, IRÉ, IBA

Otras alteraciones se dan por razones fonéticas: cambia el acento y se alteran las vocales presentes en la raíz, como vimos antes para las vocales temáticas. Pueden darse diptongos (tener- tiene, venir- viene, dormir-duermo), o cambios en la altura de la vocal (venir-vino, dormir-durmió).

También encontramos cambios en las consonantes. Los más llamativos son los siguientes:

 

Epéntesis: se agrega un sonido consonántico

OIR > OI-G-O / SALIR> SAL-G-O

CONDUCIR > CONDUZ-C-O (no confundan la ortografía con el sonido involucrado. En conducir, la letra “c” representa el sonido /s/, mientras que en conduzco la grafía “c” representa el sonido /k/, que no estaba presente en el infinitivo.

CREER > CRE-Y-Ó /LEER> LE-Y-Ó

En ciertos verbos (poner, salir, tener, valer, venir y sus derivados), cuando se pierde la vocal temática aparece una D epentética.

PONER> *PONERÉ no existe, sino que la forma correcta es PON-D-RÉ, en la que la vocal temática E desaparece y se agrega D. Compare esta forma con AMARÉ.

 

Modificaciones en vocales y consonantes: Hay alteraciones que son el resultado del cambio lingüístico. Se trata de formas que conservan el paradigma que tenían en latín y por eso presentan muchas irregularidades en español. Vean, por ejemplo, los siguientes casos:

DECIR> DIJO> DICHO>DIREMOS

TRAER>TRAJO

QUERER> QUISO

TENER> TUVO

SABER> SUPO

HABER> HUBO

  1. Las regularidades del sistema. Reconociendo morfemas

En el apartado anterior, presentamos algunas de las alteraciones más importantes que se encuentran en español. Como sabrá por propia experiencia, hay todavía varias más. Sin embargo, a pesar de todas estas variables, hay regularidades en el sistema de la morfología flexiva verbal del español que vale la reconocer. Aquí van algunas.

 

4.1 Morfología verbal de N/P

N ↔ [3PL] (se dice que también se usa para la segunda plural en las variedades del español americano, en las que la segunda persona plural es ustedes, forma que originalmente era de tercera plural)

MOS ↔ [1PL]

STE ↔ [2SG] / EN EL CONTEXTO DE PRETÉRITO PERFECTO (ama-ste)

S ↔ [2SG] /En todos los demás casos (amá-s, amaba-s, amará-s, amaría-s…)

4.2 Morfología de TMA

O (no acentuada) ↔ [PRESENTE DE INDICATIVO]/ PARA 1SG (amo, digo, bebo)

BA ↔ [PRETÉRITO IMPERFECTO] / Vocal temática A (amaba, cantaba, bailaba)

A o IA ↔ [PRETÉRITO IMPERFECTO] / Vocal temática E, I (vivía, comía, creía)

RÁ ↔ [FUTURO] / 2 y 3 persona (ama-rá, ama-rá-n, ama-rá-s)

RÉ ↔ [FUTURO] / 1 persona (ama-ré, ama-re-mos/ parti-ré, parti-ré-mos)

RÍA ↔ [CONDICIONAL] (ama-ría, parti-ría, teme-ría)

RO ↔ [PRETÉRITO PERFECTO] / 3PL (ama-ro-n, partie-ro-n, temie-ro-n)

DO ↔ [PARTICIPIO PASADO]

NTE↔ [PARTICIPIO PRESENTE]

  1. Actividades para seguir reflexionando
  2. Observe el paradigma del subjuntivo de los verbos del español y señale las regularidades que encuentra.
  1. ¿Son correctas las siguientes segmentaciones en términos de descripción morfológica? ¿Por qué?

EN-SILL-AR-A-N

BAIL-A-R-E-MOS

VIAJ-A-R-ÍA

COMUNIC-ADO

  1. ¿Puede formular alguna/s regla/s para el modo imperativo?

Apunte 4: TIPOS DE DATIVOS

Apunte 4: Tipos de dativos

Ante de comenzar, vale la pena repasar algunas cuestiones. En español, los pronombres y los clíticos pronominales presentan una forma particular según la función sintáctica que desempeñan en la oración. La información gramatical que representa este cambio se denomina caso y, en español, los clíticos pronominales presentan información de caso acusativo (cuando cumplen la función de objeto directo) y caso dativo (cuando cumplen las funciones que veremos a continuación). Como puede verse en el cuadro, solo la tercera persona nos permite distinguir entre un caso y otro, por lo que resulta relevante tener en cuenta esta distinción para reconocer de qué función se trata.

Cuadro 1: Clíticos acusativos y dativos del español

Persona y número Caso acusativo Caso dativo
1SG me (Juan me ama) me (Juan me regaló un libro)
2SG te (Juan te ama) te (Juan te regaló un libro)
3SG lo/la (Juan lo/la ama) le (Juan le regaló un libro)
1PL nos (Juan nos ama) nos (Juan nos regaló un libro)
3PL los/las (Juan los/las ama) les (Juan les regaló un libro)

Cuando el objeto directo aparece pronominalizado, i.e., sustituido por el clítico lo, el clítico dativo de tercera persona (le/les) presenta la forma se. Este un caso de variación alomórfica.

(1) a. Juan se lo devolvió. [se en lugar de le]

b. Juan se lo tejió. [se en lugar de le]

c. Juan me la rompió. [queda me porque no es tercera persona]

Entre las funciones sintácticas que se reconocen en español, están aquellas encabezadas obligatoriamente por la preposición a y que pueden ser reemplazadas por un clítico dativo (me, te, le, nos, les). En la mayoría de los casos, el clítico no solo reemplaza, sino que también duplica al dativo encabezado por a.

(2) Pedro lei regaló un libro [a Juan]i.

Cuando el constituyente encabezado por la preposición a no se pronuncia, se considera la presencia de una categoría nula/vacía (Ø) que está coindizada con el clítico.

(3) Pedro mei regaló un libro Øi.

Tradicionalmente, todas las construcciones de dativo se reunían bajo el nombre de objeto indirecto, en contraposición al objeto directo que no necesita de una preposición para que medie entre ese constituyente y el verbo.

(4) a. Juan compró [OD un libro]

b. Juan le compró un libro a Pedro.

Sin embargo, actualmente se prefiere hablar de construcciones de dativo y utilizar el término objeto indirecto para nombrar a aquellos casos en los que la construcción de dativo representa un argumento seleccionado por un verbo ditransitivo. Los verbos ditransitivos son los que seleccionan dos argumentos internos. En el caso general, uno cumple la función sintáctica de objeto directo y el otro se realiza como una construcción de dativo (objeto indirecto).

Las construcciones de dativo se dividen entre aquellas que representan un argumento seleccionado por el predicado verbal y aquellas que introducen un constituyente no seleccionado.

Dativos argumentales

Entre los dativos argumentales se reconocen dos grupos. Por un lado, se encuentran las construcciones de dativo que aparecen con verbos ditransitivos (predicados que suponen transferencia, verbos de comunicación, verbos de influencia). Estos dativos son los que clasifican bajo el nombre de objetos indirectos y las configuraciones sintácticas en las que aparecen tienen, además, un sujeto y un objeto directo. Subrayamos el objeto directo y marcamos en cursiva el objeto indirecto (y el clítico que lo dobla)

(5) a. Juan le devolvió el libro a Ana. [verbo de trasferencia]

b. Juan le prometió un viaje a su hijo. [verbo de comunicación]

c Juan me pidió un libro Ø. [verbo de influencia]

El objeto indirecto puede representar diferentes papeles temáticos, de acuerdo a los papeles que seleccione el predicado verbal. En general, se interpreta como META (Juan le regaló un libro a Ana) u ORIGEN (Juan le pidió el libro a Ana). Así como existen objetos directos sobreentendidos o implícitos, también puede haber objetos indirectos sobreentendidos. Esto no significa que el verbo no los selecciona, sino simplemente que no se pronuncian porque se interpretan de manera genérica o porque se sobreentienden en un contexto particular.

(6) a. Juan devolvió el libro de gramática. [Alguien DEVUELVE algo a alguien]

b. Juan prometió un viaje. [Alguien PROMETE algo a alguien]

c. Juan pidió un aumento [Alguien PIDE algo a alguien]

Además, las construcciones de dativo que se incluyen bajo el nombre de objeto indirecto son las únicas en las que, en ocasiones, es posible que no aparezca el clítico doblando al dativo.

(7) a. Juan donó libros a la biblioteca.

b. El corresponsal comunicó las novedades a la ciudadanía.

El segundo tipo de dativo argumental es el que aparece con los denominados verbos inacusativos, i.e., que no tienen argumentos relacionados con el caso acusativo (es decir, carecen de objeto directo). Se trata de predicados que involucran emociones (gustar, molestar, interesar) y verbos de estado (sobrar, faltar, convenir, etc.). Estos dativos se denominan dativos de interés. A diferencia de los objetos indirectos vistos anteriormente, en la forma discursiva más neutra (no marcada), los dativos de interés aparecen en posición inicial y el sujeto se pospone al verbo.

(8) a. A Juan le conviene esa chica. [verbo de estado]

b. A Ana le encanta el ballet. [verbo de emoción]

Además de ser argumentales, nunca pueden estar implícitos (9) y el doblado del clítico dativo es obligatorio (10).

(9) a. *Conviene esa chica.

b. *Encanta el ballet.

(10) a. *A Juan conviene esa chica.

b. *A Ana encanta el ballet.

Sí puede omitirse el constituyente encabezado por a y el análisis es el mismo que propusimos más arriba:

(11) a. Øi Lei conviene esa chica.[1]

b. Øi Lei encanta el ballet.

Los dativos no argumentales

Todas las lenguas presentan algún mecanismo para borrar argumentos que son seleccionados por un predicado y también para introducir elementos facultativos, i.e., no seleccionados. En español, una de las maneras más productivas de agregar un constituyente es a través de las construcciones de dativo. Los gramáticos acuerdan en que los dativos agregados pueden clasificarse en tres grupos, según el valor semántico que añaden a la construcción en general y su comportamiento sintáctico.

 

Dativo benefactivo: aparece con verbos de acción (es decir, que seleccionan un Agente), fundamentalmente monotransitivos, y denota a la entidad beneficiada o perjudicada por esa acción.

(12) a. Juan le cocinó una torta a su esposa. [Alguien COCINA algo]

b. Cleopatra le construyó un palacio a Julio César [Alguien CONSTRUYE algo]

En este caso, la duplicación por el clítico dativo es obligatoria y, cuando la entidad es beneficiada, puede parafrasearse por el sintagma preposicional para.

(13) a. Juan cocinó una torta para su esposa.

b. Cleopatra construyó un palacio para Julio César.

 

Dativo posesivo: aparece con verbos transitivos e inacusativos (intransitivos no agentivos) y denota la entidad poseedora. Con los verbos transitivos, el objeto poseído es el objeto directo (14), mientras que con los verbos inacusativos o con construcciones inacusativas el objeto poseído es el sujeto (15). Subrayamos la entidad poseída y en cursiva marcamos al poseedor (dativo posesivo).

(14) a. Juan lei rompió la bicicleta a Pedroi. [alguien ROMPE algo] > La bicicleta es de Pedro

b. Ana mei cortó el pelo Øi. [Alguien CORTA algo] > El pelo es mío/Mi pelo

c. Tei acomodé los papeles Øi. [Alguien ACOMODA algo] >Los papeles son tuyos/Tus papeles

(15) a. A Juani lei duele la cabeza. [algo DUELE] > La cabeza es de Juan

b. Se mei rompió la bicicleta Øi. [algo SE ROMPE] > La bicicleta es mía/ Mi bicicleta

c. A Juani se lei cierran los ojos. [algo SE CIERRA] > Los ojos son de Juan

Dativo ético: indica la persona que participa emocionalmente en el evento expresado por la oración y tiene un valor estilístico marcado.

(16) a. No te me vayas.

b. No te me duermas.

No hay muchas coincidencias entre los gramáticos con respecto a sus propiedades. Di Tullio señala que sólo aparece representado por un clítico, en general de primera persona, y descarta la posibilidad de la ocurrencia de la forma plena (a + SD), sin embargo, es posible la referencia a una tercera persona involucrada emocionalmente en el evento y la duplicación puede darse como tópico inicial: A mí la nena no se me pone nerviosa.

Dada su relación con el plano emocional, algunos autores (ver, por ejemplo, en la NGLE), lo denominan dativo de interés no argumental. Siempre representa a la entidad afectada emocionalmente por un evento, pero que no es responsable de ese evento. Independientemente de la denominación que se utilice, el punto es que el dativo introduce un experimentante en el evento, que no es seleccionado por el predicado.

(17) a. Se me cayó el vaso.

b. A mí se me rompió el vaso. (esta construcción es marcada y se puede interpretar también como posesiva)

c. A Juan se le murió mi perro. (aquí cancelamos la lectura posesiva)

d. A Juan se le cortó la luz y no pudo terminar el trabajo.

Conclusión: El punto fundamental en la discusión sobre los tipos de construcciones de dativo es poder reconocer cuándo el dativo introduce un constituyente argumental, i.e., seleccionado por un predicado, y cuándo se trata de un constituyente agregado. Dado que los dativos presentan muchos valores diferentes, no siempre resulta sencillo establecer una clasificación tajante. En la lengua se observan ciertas tendencias. De hecho, como vimos más arriba, hay dativos que podrían clasificarse como dativos de interés, aunque no se trata de constituyentes argumentales.

Actividad:

Reconozca cuál es la construcción de dativo en las oraciones de abajo y clasifíquelos. Puede haber más de un dativo en algunas oraciones.

1) Le prometí volver pronto.

2) ¿A quién le regalaste el libro?

3) Me puse la campera.

4) Se le cayó la cacelora.

5) A nadie le importa tu trabajo.

6) Ana no quiere prestarme plata.

7) Se me ensució el vestido que me prestó Ana.

8) Se me oscureció el pelo.

9) Juan le hizo un postre a Estela.

10) Le lavé la cara.

11) No me parece relevante tu pregunta.

12) ¿Me estudiaste la lección?

13) Al avión le falla el motor.

14) No me le quemen la cabeza al pibe.

15) Me da mucha rabia esa actitud tuya.

16) Te llegó la encomienda.


[1] En general, la categoría vacía se coloca en la misma posición en la que iría la forma plena. Por eso, en el caso del objeto indirecto la pusimos después del objeto directo y con el dativo de interés la ponemos en posición inicial.

APUNTE 3 (realizado por la profesora María Mare)

1. Predicados y argumentos

En las lenguas se establecen relaciones de predicación, que afectan a expresiones que refieren a entidades del mundo extralingüístico. Estas expresiones, de carácter referencial, se denominan ARGUMENTOS. Los PREDICADOS, por su parte, atribuyen una propiedad a un ARGUMENTO o describen la relación existente entre los argumentos. Además, determinan cuántos y cuáles argumentos son necesarios. Las clases de palabras que pueden funcionar como predicados son los verbos, los adjetivos, los nombres y las preposiciones.

No es correcto decir que los predicados seleccionan nombres como argumentos, ya que eso implicaría que las construcciones de abajo son gramaticales (encorchetamos los nombres y subrayamos los predicados):

(1) a. *[NHermano] viajó a Salta.

b. *[NPrimo] dejó [N libro] en [N estante].

c. *[N Cajera] es simpática

El sustantivo solo (en singular) funciona como predicado, pero no como argumento: Juan es médico vs. El médico llegó temprano. Lo que seleccionan los predicados como argumentos son SINTAGMAS DE DETERMINANTE (SD). Este término da cuenta del hecho de que para ser argumento, el nombre necesita de la presencia de un determinante, que es el que determina la referencialidad de la expresión. Aquellos constituyentes que son inherentemente referenciales, como los nombres propios y los pronombres, no necesitan de la presencia de un determinante que encabece la construcción. De estos dos, los pronombres nunca se combinan con determinantes (*los nosotros fuimos al cine), mientras que los nombres propios sí pueden aparecer con determinantes en muchas variedades del español (El Juan fue al cine) y también en otras lenguas romances como el catalán o el portugués.

EXPRESIONES REFERENCIALES > SINTAGMAS DE DETERMINANTE

A. DETERMINANTE + SUSTANTIVO: la casa, mi amigo, este auto, un chico, algún libro

B. CUANTIFICADOR/EXPRESIÓN CUANTIFICADA + SUSTANTIVO: dos chicos, algunas casas, muchos estudiantes, un montón de amigos.

C. NOMBRES PROPIOS: (el) Juan, (la) Ana, (el) Pedro

D. PRONOMBRES: yo, vos, nosotros, ella, mí, etc.

También puede ocurrir que, además de seleccionar un SD, un predicado seleccione otro predicado más.[1]  Como solo los verbos pueden “cargar” con la información referida a la temporalidad y a la concordancia, las dos nociones centrales para obtener una oración, se considera que los verbos predicativos son los predicados principales de una oración. Al analizar cómo se organizan los argumentos de un predicado verbal, vemos que hay verbos que además de seleccionar SSDD, seleccionan predicados preposicionales.

(2) [ARG1 Pedro] puso [ARG2 el libro] [ARG3 sobre la mesa].

PONER> ALGUIEN pone ALGO en ALGÚN LUGAR (la preposición EN es la más general para referir a “lugar”, pero puede aparece cualquier preposición que indique una relación más específica como SOBRE, BAJO, DENTRO, etc.). Entonces, poner selecciona tres argumentos, pero uno de ellos, el que llamamos ARG3, está encabezado por un predicado que tiene sus propios argumentos (ALGO/ALGUIEN sobre ALGO: el libro sobre la mesa).

(3) [ARG1 Juan] consideró [ARG2 tu propuesta] [ARG3 interesante].

CONSIDERAR> ALGUIEN considera ALGO/ALGUIEN DE DETERMINADA MANERA. Si no está presente la “determinada manera” como argumento, considerar se interpreta como “tener en cuenta”: Juan consideró tu propuesta agroindustrial. En el ejemplo de (3) sabemos que “interesante” es otro argumento, porque forma un constituyente independiente (Juan la considera interesante/Fue tu propuesta lo que consideró Juan interesante), mientras que en tu propuesta agroindustrial, agroindustrial refiere a tu propuesta, pero no forma un constituyente independiente (*Juan la consideró agroindustrial/ *Fue tu propuesta lo que Juan consideró agroindustrial).

Vemos, por lo tanto, que en (3) considerar selecciona como argumentos dos SSDD (Juan y tu propuesta) y un predicado (el adjetivo interesante). Este predicado selecciona a su vez un argumento al que le atribuye la propiedad de ser interesante (tu propuesta interesante).

Anteriormente, hablamos de “verbos predicativos”. ¿Significa esto que hay verbos que no son predicativos? Y si no son predicativos, ¿por qué estarían en una oración? La presencia de un verbo en una oración se justifica (a) por razones semántica, es decir, es un predicado, (b) por razones sintácticas, es decir, carga con la temporalidad y la concordancia, o (c) por ambas. En los casos que presentamos, tenemos las dos razones involucradas, pero puede suceder que el verbo esté vacío de contenido semántico y lo único que tenga sea información gramatical. Es decir, no tenemos predicación en el verbo. Por otro lado, si el único predicado que tenemos es un adjetivo, un nombre o una preposición, tenemos predicación, pero no un constituyente que presente temporalidad y concordancia de número y persona. En ese caso, necesitamos “algo” que cargue con la información gramatical, pero que no atribuya otra propiedad o agregue otra relación a los argumentos ya seleccionados. Los verbos que aparecen en estos contextos son SER y ESTAR.

(4) a. [ARG Juan] es médico.

b. [ARG Juan] está en [ARG la oficina].

c. [ARG Juan] es muy simpático.

d. [ARG Él] es Juan.

Como se puede ver en las oraciones de (4), los predicados son el nombre MÉDICO, la preposición EN, el adjetivo SIMPÁTICO y el nombre propio JUAN. Ninguno de estos predicados puede presentar morfología flexiva vinculada a la temporalidad y a la concordancia de número y persona, por lo que es fundamental que aparezca un verbo que pueda cargar con esta información. Así, tenemos oraciones que tienen un verbo, pero que el predicado principal es otro. Cuando tenemos un predicado que no es verbal, y que tiene que aparecer de manera obligatoria para completar el sentido de la construcción oracional, los gramáticos lo denominan PREDICATIVO OBLIGATORIO. En los ejemplos de (4) ese predicativo tiene como argumento un SD que cumple la función de sujeto, por lo que en esos casos se dice que tenemos construcciones de PREDICATIVO SUBJETIVO OBLIGATORIO (“subjetivo” refiere al sujeto).

Actividad

Explique por qué son agramaticales las siguientes oraciones

i. *Libro dejé en la biblioteca.

ii. *Ana comprar un libro nuevo.

iii. *Juan lingüista.

iv. *Juan adora las flores a Ana.

v. *Gusta el chocolate.

vi. *Guardé los cubiertos en

En el caso de (vi) hay dos argumentos que no se pronuncian. ¿Por qué cree que si agregamos el otro argumento de EN la oración es gramatical, aunque siga sin pronunciarse un argumento? El caso sería: Guardé los cubiertos en el cajón.

2. Los argumentos y los papeles temáticos

Hasta el momento nos hemos centrado en cuántos argumentos seleccionan los predicados, pero no hemos dicho nada respecto a “cuáles” argumentos seleccionan. Si observamos las oraciones de (5), vemos que se cumple con la cantidad de argumentos requeridos y con todas las propiedades referidas a la sintaxis, pero que igualmente las oraciones presentan problemas.

(5) a. ??Ana rompió a Pedro.

b. ??La mesa arregló el auto.

c. ??Juan discutió con la silla.

d. ??La camisa se enamoró perdidamente.

El problema que presentan todos lo ejemplos de (5) está relacionado con el tipo argumento que selecciona cada predicado. Hay predicados que necesitan que uno de sus argumentos, al que llamaremos ARGUMENTO EXTERNO dado que presenta mayor independencia, sea humano. Que un argumento sea humano implica que puede tener voluntad, experimentar sensaciones, etc. El predicado arreglar, por ejemplo, necesita que su argumento externo tenga voluntad para llevar a cabo el evento de arreglar el auto, por eso no puede tratarse de una entidad inanimada. Hay predicados verbales que describen un evento que puede ser ejecutado por una entidad animada o inanimada, como, por ejemplo, destruir.

(6) a. El huracán destruyó la ciudad.

b. El dictador destruyó la ciudad.

En los ejemplos de (6), si bien el resultado es el mismo (ciudad destruida), lo que desencadena ese evento tiene diferentes propiedades: ser inanimado (6a) y ser humano (6b). Estas propiedades tienen repercusiones en la sintaxis. No es posible decir algo como El huracán destruyó la ciudad sin querer/a propósito/ para demostrar su poder. Estos constituyentes sí pueden añadirse a la oración de (6b), ya que se refieren estrictamente al carácter agentivo y volitivo del argumento externo humano. Dado que esta distinción tiene repercusiones en la sintaxis, es importante reconocerlas. Así, es relevante no solo conocer cuántos argumentos puede seleccionar un predicado, sino también qué papel cumple ese argumento en la predicación. El rol que cumple un argumento se denomina PAPEL TEMÁTICO. En los ejemplo de (6) tenemos dos posibilidades para el predicado destruir: ALGO destruye ALGO (6a) o ALGUIEN destruye ALGO (6b). En la primera opción, en la que el argumento externo es ALGO, lo que tenemos es una CAUSA, mientras que en la segunda, en la que el argumento externo es ALGUIEN, lo que aparece es un AGENTE. La diferencia entre el papel temático de CAUSA y el de AGENTE es la ausencia total de voluntad en el primero. Lo que tienen en común es que están involucrados es un evento que supone una ACCIÓN.

Comparemos ahora el verbo destruir en el caso con el verbo amar.

(7) a. El dictador destruyó la ciudad.

b. El dictador ama a una misteriosa mujer.

c. ??El huracán ama a una misteriosa mujer.

En el caso de (7a), “el dictador” es un agente, ya que refiere a una entidad con voluntad y que desencadena una acción. Sin embargo, en (7b) “el dictador” no presenta estas propiedades, aunque se trate del mismo constituyente. Un predicado como amar no selecciona un argumento que tenga voluntad, aunque sí necesita que sea humano (o al menos animado, por eso (7c) es mala). AMAR requiere de un argumento externo que experimente un sentimiento. Ese evento, a diferencia de destruir, no tiene consecuencias sobre el segundo argumento. De hecho, el referente de “una misteriosa mujer” puede ignorar que el dictador la ama. Este hecho también tiene consecuencias en la sintaxis, ya que no se puede combinar el predicado amar con los mismos constituyentes con los que sí se puede combinar el predicado destruir.

(8) a. El dictador destruyó la ciudad a propósito/para demostrar su poder/sin querer.

b. ??El dictador ama a una misteriosa mujer a propósito/ para demostrar su poder/sin querer.

(9) a. El dictador decidió destruir la ciudad.

b. ??El dictador decidió amar a una misteriosa mujer.

En el caso de predicados como amar, decimos entonces que seleccionan un argumento que cumple el rol de EXPERIMENTANTE. Este papel temático refiere a argumentos humanos (o al menos animados) que experimentan una sensación/un sentimiento, pero que carecen de voluntad.

Aún no hemos dicho nada con respecto al segundo argumento que seleccionan estos predicados. Los gramáticos distinguen entre argumentos que sufren un cambio de estado de aquellos que no experimentan cambios de estado. Esta distinción es relevante, porque tiene consecuencias sintácticas. Con los predicados como destruir es posible formar construcciones que focalicen el estado resultante (de afectación) del segundo argumento, mientras que en verbos como amar no. Veamos algunos contrastes:

(10) a. La ciudad quedó destruida.

b. Una vez destruida la ciudad, los habitantes debieron marcharse.

(11) a. *La misteriosa mujer quedó amada.

b. *Una vez amada la misteriosa mujer,…

Si bien estas distinciones son claras, no lo son tanto los términos que emplean los gramáticos para describirlas. Algunos utilizan la denominación de PACIENTE cuando se entiende un cambio de estado y TEMA cuando no hay un cambio de estado. Otros utilizan el término PACIENTE cuando el argumento afectado es humano y TEMA para todos los demás casos. Hay predicados, además, que no permiten una distinción tan clara como la que vemos entre (10) y (11), de ahí la dificultad para establecer un término adecuado.

(12) a. Llegó Juan.

b. Una vez llegado Juan, comenzó la reunión.

c. *Juan quedó/resultó llegado.

Aquí utilizaremos la primera distinción. La noción de TEMA la usaremos para referir a aquellos argumentos que NO sufren un cambio de estado causado por el predicado. Esto incluye a los argumentos que se relacionan con predicados que refieren a desplazamientos o a una ubicación y a los que refieren a estímulos vinculados con la percepción sensorial o con las emociones. El rol de PACIENTE es el que cumplen los argumentos afectados, es decir, los que experimentan algún tipo de cambio de estado.

Existen otros roles temáticos, como podrá imaginar, y no hay un acuerdo con respecto a cuántos y cuáles son. Los que hemos distinguido aquí son los que discutimos en esta primera parte del curso y con los que hay mayor acuerdo. Más adelante, agregaremos los que están vinculados con el denominado caso DATIVO y que están encabezados por la preposición a (Le regalé un libro a Juan). Entonces, los papeles temáticos que utilizaremos por ahora son:

AGENTE: es el papel del argumento que refiere a la entidad que realiza una acción. El predicado que lo selecciona describe una acción. Ej.: Juan compró un auto./ El dictador destruyó la ciudad.

CAUSA: es el papel del argumento que refiere a la entidad que desencadena una acción, pero que carece de intencionalidad. Se trata de argumentos no humanos (en general). Ej.: El huracán destruyó la ciudad/ El viento amontonó la arena.

EXPERIMENTANTE: es el papel del argumento que refiere a quién experimenta o se ve afectado por un determinado estado emotivo. Ej.: Juan ama las aves/viajar./ A Pedro le molesta tu actitud.

TEMA: es el papel del argumento que refiere a entidades que se desplazan o se ubican en un lugar o bien que están vinculados con la percepción sensorial o las emociones. Se caracterizan por no sufrir un cambio de estado. Ej: Juan llegó temprano./ Juan ama las aves/viajar/ A Pedro le molesta tu actitud.

PACIENTE: es el papel del argumento que refiere a las entidades que experimentan algún tipo de cambio de estado a causa del evento denotado por el predicado. Ej.: Pedro golpeó a Juan./ El huracán destruyó la ciudad/ Pedro murió./Los obreros construyeron un puente.

Al hablar de la cantidad de argumentos y el tipo de argumentos (es decir, los papeles temáticos) que selecciona un predicado, estamos refiriendo a la ESTRUCTURA ARGUMENTAL de un predicado. Las nociones que vimos están ligadas estrictamente al significado, es decir, están en el plano de lo semántico. En el próximo apartado vamos a ver qué sucede en la sintaxis.

Actividad

Reconozca la estructura argumental de los predicados subrayados y determine los papeles temáticos de los argumentos que seleccionan.

i. El estudiante ordenó sus apuntes.

ii. Los niños adoran los cuentos.

iii. A los niños les gustan los cuentos.

iv. La helada quemó los brotes.

v. Pedro trabaja mucho.

vi. El libro está sobre la mesa.

vii. Juan le prestó sus apuntes a Ana.

viii. El nene se levantó.

En (vi) y (vii) aparecen dos argumentos a los que no les hemos atribuido un papel temático. ¿Los reconoce? ¿Qué nombre sugiere para estos argumentos?

3. La estructura argumental y la sintaxis. Las marcas de función

Como vimos, el papel temático es una unidad semántica que indica cuál es la participación del argumento en el estado de cosas descrito por el predicado (Di Tullio 2005: 103). Esto implica que los predicados tienen una estructura argumental y muchas veces, hay predicados que tienen la misma estructura argumental, i.e., seleccionan la misma cantidad de argumentos y estos argumentos tienen el mismo papel temático. Por ejemplo, el predicado amar, como vimos, selecciona un EXPERIMENTANTE y un TEMA. Esta misma estructura argumental es la que presenta el predicado verbal gustar: un EXPERIMENTANTE de la percepción de gustar y un TEMA que representa la entidad que motiva esa percepción. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con la oración concreta, hay diferencias importantes.

(13) a. [EXPERIMENTANTEJuan] ama [TEMA las acelgas].

b. [EXPERIMENTANTE A Juan] le gustan [TEMA las acelgas].

Si bien los papeles temáticos que seleccionan estos predicados son las mismas, las funciones sintácticas que cumplen estos argumentos varían. Por ejemplo, reconocemos la función sintáctica de sujeto, porque es el constituyente que concuerda con el verbo, sin embargo, en (13a) el sujeto es el EXPERIMENTANTE, mientras que en (13b) el sujeto es el TEMA. Esto significa que la relación entre los papeles temáticos y las funciones sintácticas no es siempre la misma y por eso resulta fundamental distinguirlas. Veamos otro ejemplo:

(14) a. [AGENTE El dictador] destruyó [TEMA la ciudad].

b. [TEMA La ciudad] fue destruida por [AGENTE el dictador].

El caso de (14) es más notable aún, porque tenemos el mismo predicado (destruir) y, sin embargo, vemos que los argumentos no cumplen la misma función sintáctica. En (14a), el sujeto es el AGENTE y el TEMA cumple la función de objeto directo (se puede sustituir por lo). En (14b) es el TEMA el que cumple con la función sintáctica de sujeto y el AGENTE aparece como complemento de una preposición.

Según cuál sea la función sintáctica que cumple un argumento vamos a encontrar determinadas marcas de función. La marca de función que nos permite identificar un sujeto es la concordancia verbal. La concordancia, en sentido más general, nos permite reconocer los constituyentes que están vinculados en términos de predicación o especificación (15a), aunque el predicado y sus argumentos no sean adyacentes (15b).

(15) a. Est-a-s hermos-a-s flor[FEM]-es amarill-a-s

b. Ana[FEM] habló con el profesor borrach-a. > [Ana borracha]

Además de la concordancia, el caso constituye una marca de función que nos permite reconocer qué función sintáctica cumple un determinado constituyente. En español, solo se reconoce el caso cuando la información de persona está involucrada. La forma de estos constituyentes va a variar según la función sintáctica que cumplan. Así, la forma yo va a ser sujeto, pero la forma me va a utilizarse cuando el constituyente que tiene información de primera persona sea el objeto (directo o indirecto). El panorama es el siguiente:

Caso nominativo (SUJ) C. Acusativo (OD) C. Dativo (OI y otros) C. término de preposición
yo me me
vos/tú te te vos/tí
él/ella lo/la le él/ella
nosotros nos nos nosotros
ustedes/ellos/ellas los/las les ustedes/ellos/ellas

Como puede verse, sólo en la tercera persona (singular y plural) se emplean formas diferentes para distinguir objetos directos (lo/la/los/las) de objetos indirectos (le/les). Por eso, si queremos determinar si un constituyente es un OD o un OI, debemos cambiarlo a la tercera persona y ver cuál de las dos formas se utiliza. Veamos cómo proceder.

(16) a. Juan compró un libro.

b. Juan me saludó.

En (16a) tenemos el SD un libro. Si lo sustituimos, veremos que sólo podemos hacerlo por el clítico lo (lo compré). Esto nos permite concluir que un libro cumple la función sintáctica de OD. En (16b) tenemos la forma me, que puede indicar que se trata de un OD o de un OI. Para comprobar a qué función se refiere, traducimos esa primera persona a una tercera y vemos que el resultado es Juan lo/la saludó. Es decir, nuevamente tenemos un OD.

Los OODD son siempre Sintagmas de Determinantes, pero en ciertos contextos aparecen encabezados por una a como marca de función: Juan ama a Estela. Esta marca aparece en casos particulares, como por ejemplo cuando el OD es definido y humano (o humanizado): Juan ama a su club/a su perro. No se trata de una verdadera preposición, ya que en los mismos contextos puede estar ausente y siempre se trata de un OD: Juan ama su escuela/las acelgas. Esto diferencia esa a de la preposición que indica dirección (Viajé a Viena) y de la que aparece sistemáticamente con los objetos indirectos (Le mandaron flores a Estela).

Otro elemento que funciona como marca de función y puede confundirse con una preposición es de. Si observa en detalle, de aparece siempre que hay nombres involucrados en relación de predicación, sin que su presencia suponga necesariamente una relación de pertenencia. El caso más evidente de que este elemento se trata de una marca de función es en el caso de los nombres deverbales. Comparemos los siguientes casos:

(17) a. [CAUSA El huracán] destruyó [PACIENTE la ciudad].

b. La destrucción de [PACIENTE la ciudad]

c. La destrucción de [CAUSA el huracán]

d. La destrucción de [CAUSA el huracán] de [PACIENTE  la ciudad]

Además, de aparece en muchos casos cuando las relaciones de concordancia no tienen lugar, porque cada uno de los elementos involucrados en la relación de predicación tiene su propia información de número y género.

(18) a. Manual de gramática[FEM] española[FEM]

b. Manual de gramática[FEM] del español[MASC]

(19) a. Muchos[MASC-PL]  chicos[MASC-PL]

b. Una bocha[FEM-SG] de chicos[MASC-PL]

Nótese que las preposiciones tienen un significado léxico, de hecho, son predicados que seleccionan argumentos, mientras que de en los casos mencionados y a cuando aparece con OD, no agrega significado y lo único que indica es información funcional: X cumple la función de OD; Y cumple una función en el ámbito nominal.

Actividades

1) En los ejemplos de abajo reconozca el papel temático y la función sintáctica del constituyente subrayado. ¿Reconoce marcas de función?

i. Pedro le prestó un libro a Juan.

ii. No me interesan esos libros.

iii. Juan odia esa comida.

iv. Estela conoció a Ana.

v. Estela conoció Madrid.

vi. Los estudiantes leen novelas románticas.

2) ¿Qué papeles temáticos reconoce en las siguientes construcciones nominales? ¿Puede identificar marcas de función?

i. Mi temor a las alturas

ii. La compra de electrodomésticos

iii. La preocupación de Pedro por la desaparición de su dinero.

iv. La desaparición de su dinero

v. Tu interés por la música clásica


[1] También un predicado puede seleccionar una oración como argumento:

i. Juan adora viajar.

ii. Juan dijo que no va a venir.

Estudiaremos estos casos en los próximos niveles de gramática española.

APUNTE 2: Pruebas de constituyentes (realizado por la profesora María Mare)

A) Para reconocer de qué manera se van agrupando las palabras para constituir estructuras más complejas hasta formar la oración.

B) Para reconocer lo que se conoce como ambigüedad estructural, i.e., dos oraciones superficialmente iguales, pero con diferente estructura.

 

Las pruebas son las siguientes:

Sustitución- Movimiento- Interrogación- Oraciones hendidas

 

Veamos cómo se aplican

 

(1) El estudiante dejó el libro sobre la mesa.

 

Si queremos saber si la secuencia subrayada forma un constituyente, podemos aplicar las pruebas. Todo lo que hagamos, debe afectar al constituyente subrayado en su totalidad y dejar lo más estable posible el resto de la oración.

 

SUSTITUCIÓN: sustituimos la secuencia en cuestión por una forma más simple.

El estudiante dejó el libro ahí

 

MOVIMIENTO: movemos la secuencia en cuestión a otra posición.

Sobre la mesa, el estudiante dejó el libro.

El estudiante dejó sobre la mesa el libro.

 

INTERROGACIÓN: preguntamos por la secuencia en cuestión.

¿Dónde dejó el libro el estudiante?

 

ORACIÓN HENDIDA: nos permite poner en foco la secuencia en cuestión.

Fue sobre la mesa donde el estudiante dejó el libro.

 

Todas las pruebas nos indican que la secuencia subrayada se comporta como una unidad, i.e., como un constituyente, ya que en todos los casos el resultado obtenido nos da un resultado gramatical.

Veamos otra secuencia en la misma oración

 

(2) El estudiante dejó el libro sobre la mesa.

 

SUSTITUCIÓN: *El estudiante dejó el eso la mesa

MOVIMIENTO: *Libro sobre dejó el estudiante el la mesa.

INTERROGACIÓN: *¿Qué dejó el estudiante el la mesa? o *¿Dónde dejó el estudiante el la mesa?

ORACIÓN HENDIDA: *Fue libro sobre lo que dejó el estudiante el la mesa.

 

Dado que el resultado que obtenemos es malo, sabemos que la secuencia libro sobre no forma un constituyente en la oración.

 

Algunos límites para las pruebas de constituyentes

Las preposiciones son predicados que seleccionan como argumentos construcciones formadas (al menos) por un determinante (artículo definido, indefinido, posesivo, demostrativo) y un sustantivo. Esa secuencia (determinante + sustantivo) a la que llamaremos SINTAGMA DE DETERMINANTE (SD) es un constituyente en el interior del constituyente nucleado por la preposición. Para reconocer esa secuencia como constituyente, solo nos sirve la prueba de la SUSTITUCIÓN, ya que la relación entre el SD y la preposición es tan estrecha, que no se los puede separar.

Observemos la secuencia sobre la mesa del ejemplo anterior.

 

SUSTITUCIÓN: El estudiante dejó el libro sobre eso/esto.

MOVIMIENTO: *La mesa dejó el estudiante el libro sobre.

INTERROGACIÓN: *¿Qué dejó el estudiante el libro sobre?

ORACIÓN HENDIDA: *Fue la mesa donde dejó el estudiante el libro sobre.

 

El hecho de que la SUSTITUCIÓN sea posible, nos permite reconocer que la mesa es un constituyente que depende estrechamente del núcleo preposicional.

 

La ambigüedad estructural

Las pruebas de constituyentes nos permiten reconocer, además, la presencia de estructuras ambiguas. Veamos un ejemplo claro.

 

(3) Juan dejó a su novia histérica.

 

La secuencia conflictiva es su novia histérica, en el sentido de que no es claro si forma un constituyente o dos. Apliquemos las pruebas:

 

SUSTITUCIÓN:

a) Juan la dejó histérica. (dos constituyentes)

b) Juan la dejó. (un constituyente)

 

MOVIMIENTO:

a) Histérica dejó Juan a su novia (dos constituyentes)

b) A su novia histérica dejó Juan (un constituyente)

 

INTERROGACIÓN:

a) ¿A quién dejó Juan histérica? o ¿Cómo dejó Juan a su novia? (dos constituyentes)

b) ¿A quién dejó Juan? (un constituyente)

 

ORACIÓN HENDIDA

a) Fue a su novia a quien dejó Juan histérica o Fue histérica como dejó Juan a su novia (dos constituyentes)

b) Fue a su novia histérica a quien dejó Juan.

 

El hecho de que el resultado sea bueno en cualquiera de los dos casos nos indica que estamos ante una construcción ambigua y esta ambigüedad está en la estructura. Si tuviéramos que indicar con corchetes las dos estructuras que subyacen a esa secuencia podríamos hacerla así:

(…) dejó a su novia histérica

 

a) Dos constituyentes [dejó [a su novia] [histérica]]

b) Un constituyente [dejó [a su novia histérica]]

 

Aplique las pruebas en las siguientes oraciones para definir si existe o no ambigüedad estructural.

1) Aldo publicó el libro con errores.

2) Pedro conversó con los vecinos del barrio.

3) Juan habló con el profesor borracho.

4) Juan habló con el profesor simpático.

5) Juan encontró su foto desnudo.

 

Las pruebas de constituyentes nos sirven para definir ambigüedades estructurales en diferentes construcciones.

 

Juan lee y escribe cuentos.

a) Juan [[lee y escribe] cuentos] > es decir lee cuentos y escribe cuentos.

b) Juan [[lee] y [escribe cuentos]] > es decir lee X y escribe cuentos.

 

La historia del hombre que conmovió al mundo.

a) [La historia de[l hombre que conmovió al mundo]] > es decir, el hombre conmovió al mundo

b) [[La historia del hombre] [que conmovió al mundo]] > es decir, la historia conmovió al mundo.

APUNTE 1: LA MORFOLOGÍA DERIVATIVA EN ESPAÑOL (realizado por la profesora María Mare)

La morfología derivativa nos permite crear nuevas palabras a partir de formas existentes. Existen diferentes procesos de formación de palabras, como la afijación, la composición y la conversión. Aquí nos detendremos en la afijación. Comencemos con un breve repaso de este proceso morfológico y las maneras en las que se realiza.

1. Afijación: supone el ensamble de un morfema a una base. Muchos de los morfemas seleccionan la categoría de la base a la que se unen. La afijación se realiza de tres maneras:

Sufijación: se añade al final de la base. Puede alterar la categoría de la base (alimentarVERBO> alimenta-ciónNOMBRE).

Prefijación: se añade un morfema (prefijo) a la izquierda de la base. La prefijación nunca altera la categoría de la base: (dirigirVERBO>co-dirigirVERBO).

Circunfijación: supone la presencia de un morfema discontinuo, que agrega información a la izquierda y a la derecha de la base. En muchos casos, la información que se agrega a la derecha no se pronuncia, por lo que se plantea la presencia de un morfema cero Ø. Cambia la clase de palabra: (belloA> [em-bell-ec]V) o bien (largoA> [a-larg-Ø]V). La circunfijación tiene lugar cuando necesariamente se debe agregar morfología a la derecha y a la izquierda de la base en un mismo proceso. Una manera de descartar o confirmar que el proceso en cuestión es la circunfijación es probar que, si agregando solo uno de los morfemas, obtenemos una palabra existente. Si comparamos desforestación con alargar vemos que en ambos casos tenemos morfología a la derecha y a la izquierda de la base (indicada entre corchetes):

a. DES-[FORESTA]-CIÓN

b. A-[LARG]- Ø-(A-R)

Ahora bien, para comprobar si se trata de un proceso de circunfijación o de dos procesos que tuvieron lugar en distinto momento (prefijación, por un lado, y sufijación, por el otro), debemos ver si al dejar uno solo de los morfemas obtenemos una palabra existente. Si esto no sucede, estamos ante un caso de circunfijación. Veamos:

a. DES-[FORESTA]-CIÓN

i. Tomamos la base verbal y ensamblamos solo DES-: DESFORESTAR (palabra existente)

ii. Tomamos la base verbal y ensamblamos solo –CIÓN: FORESTACIÓN (palabra existente)

Es decir, en el caso de DESFORESTACIÓN obtenemos en cualquiera de los dos casos una palabra existente, así es que no tenemos circunfijación, sino que primero afijamos DES- a la base verbal (prefijación) y luego –CIÓN a la base verbal DESFORESTA (sufijación).[1]

b. A-[LARG]- Ø- (A-R)

i. Tomamos la base adjetival [LARG] (de largo) y ensamblamos solo A-: ALARGO[2] (palabra inexistente: *un camino muy alargo)

ii. Tomamos la base adjetival [LARG] y ensamblamos solo el morfema Ø que formaría verbos: LARGAR[3] (palabra inexistente).

Es decir, en el caso de ALARGAR sí tenemos circunfijación ya que no formamos palabras existentes vinculadas al adjetivo largo, si agregamos morfología solo a uno de los lados de la base. Aquí necesariamente debemos ensamblar al mismo tiempo la morfología que va a la derecha y la que va a la izquierda.

En resumen, cuando tenemos morfología a la izquierda y a la derecha de la base, no podemos asumir que se trata de circunfijación, sino que debemos hacer las pruebas correspondientes para descartar la posibilidad de que estemos ante otra de las variantes del proceso de afijación.

A continuación, nos detendremos en los principales afijos que se encuentran en español y en algunas de las variables que presentan.

 

 


[1] Para descartar la circunfijación no hace falta que las dos pruebas nos den como resultado una palabra existente. Mientras una de las dos pruebas nos de un buen resultado, ya podemos descartar que la circunfijación tiene lugar.

[2] ¡Ojo! No se confundan con la conjugación del verbo alargar. En el proceso que estamos discutiendo ALARGO no es la primera persona del presente de indicativo del verbo alargar (yo alargo), sino que debería formarse un adjetivo, ya que la base adjetival (largo) y los prefijos no cambian la categoría de la base.

[3] Existe un verbo largar, sinónimo de tirar, desechar, dejar (largué a mi novia), pero que claramente no tiene ninguna relación con el adjetivo largo.

APUNTE 1: LA CONJUGACIÓN VERBAL EN ESPAÑOL (realizado por la profesora María Mare)

1. Información morfológica de las formas verbales

Los verbos del español presenten la información gramatical en dos grupos: TIEMPO-MODO y ASPECTO (TMA), por un lado, y NÚMERO y PERSONA (N/P), por el otro. El primer grupo es adyacente al tema verbal (raíz + vocal temática), mientras que el segundo siempre aparece al final. Observe los ejemplos:

CANT-AVOCAL TEMÁTICA-BATMA-NN/P

COM- EVOCAL TEMÁTICA-RETMA-MOSN/P

Existen tres formas verbales que no presentan información de número y persona y manifiestan algunas particularidades con respecto a la información de TMA. Estas formas son el PARTICIPIO presente (ama-nte) y pasado (ama-do), el gerundio (ama-ndo) y el infinitivo (ama-r). La forma de INFINITIVO tiene algunas características que la hacer relevante como punto de partida para pensar tanto los procesos derivativos como los flexivos. Concretamente, en la forma de infinitivo de todos los verbos es posible reconocer la VOCAL TEMÁTICA, que nos va a permitir indicar de qué manera de conjuga el verbo.

La VOCAL TEMÁTICA (VT) no aporta ningún tipo de información (ni semántica, ni gramatical), sino que permite agrupar los verbos en tres clases según cuál sea la vocal temática y también permite distinguir tres temas verbales, según las modificaciones que sufre esta vocal.

Las tres clases de verbos son las que se conocen como conjugaciones:

Primera conjugación: VT es A (amar, cantar, bailar…)

Segunda conjugación: VT es E (beber, correr, tener…)

Tercera conjugación: VT es I (vivir, partir, decir, sentir…)

La VT sufre diferentes alteraciones a causa de la acentuación (tem-E-r, pero tem-I-ste o tem-IE-ro-n) y puede suceder que no se pronuncie (am-A-r, pero am-ó). Estas dos posibilidades se observan también en los procesos derivativos que toman bases verbales: viv-I-r > viv-IE-nda o bendec-I-r > bendi(c)-ción.

2. Los problemas en la segmentación

A diferencia de la morfología nominal (género y número), la morfología verbal (TMA y N/P) no siempre es tan fácil de identificar y segmentar. Compare por ejemplo las palabras de abajo:

PERROS → PERR-OMASC-SPL

COMERÁN → COM-EVT-RAFUT-N3PL

(!!) COMÍ→ COM-IVT/TMA/NP

En COMÍ es imposible distinguir qué tipo de información representa la I. Una hipótesis de análisis es que I sea un MORFO AMALGAMA, es decir, un morfema que contiene mucha más información que la esperable en el sistema lingüístico que se analiza. Otra posibilidad es pensar que I, solo representa un conjunto de información y que los otros dos conjuntos están presentes, pero no se pronuncian: son MORFOS CERO. En este caso se usa Ø. Representamos a continuación los análisis que surgen de cada una de estas hipótesis.

MORFO AMALGAMA: COMÍ→ COM-IVT/TMA/NP

MORFOS CEROS: COMÍ→ COM-ØVT-ITMANP    o bien COM-ØVT-ITMA/NP

3. Las alteraciones en el paradigma

Además de las alteraciones en las vocales temáticas, es frecuente encontrar alteraciones en las raíces. Estas alteraciones pueden graduarse de acuerdo con las diferencias que se observan. La alteración máxima se denomina SUPLECIÓN y se observa en verbos como ser o ir. Observe cómo cambian las raíces en estos dos casos:

SER: SOY, FUI, ERA

IR: VOY, FUI, IRÉ, IBA

Otras alteraciones se dan por razones fonéticas: cambia el acento y se alteran las vocales presentes en la raíz, como vimos antes para las vocales temáticas. Pueden darse diptongos (tener- tiene, venir- viene, dormir-duermo), o cambios en la altura de la vocal (venir-vino, dormir-durmió).

También encontramos cambios en las consonantes. Los más llamativos son los siguientes:

 

Epéntesis: se agrega un sonido consonántico

OIR > OI-G-O / SALIR> SAL-G-O

CONDUCIR > CONDUZ-C-O (no confundan la ortografía con el sonido involucrado. En conducir, la letra “c” representa el sonido /s/, mientras que en conduzco la grafía “c” representa el sonido /k/, que no estaba presente en el infinitivo.

CREER > CRE-Y-Ó /LEER> LE-Y-Ó

En ciertos verbos (poner, salir, tener, valer, venir y sus derivados), cuando se pierde la vocal temática aparece una D epentética.

PONER> *PONERÉ no existe, sino que la forma correcta es PON-D-RÉ, en la que la vocal temática E desaparece y se agrega D. Compare esta forma con AMARÉ.

 

Modificaciones en vocales y consonantes: Hay alteraciones que son el resultado del cambio lingüístico. Se trata de formas que conservan el paradigma que tenían en latín y por eso presentan muchas irregularidades en español. Vean, por ejemplo, los siguientes casos:

DECIR> DIJO> DICHO>DIREMOS

TRAER>TRAJO

QUERER> QUISO

TENER> TUVO

SABER> SUPO

HABER> HUBO

4. Las regularidades del sistema. Reconociendo morfemas

En el apartado anterior, presentamos algunas de las alteraciones más importantes que se encuentran en español. Como sabrá por propia experiencia, hay todavía varias más. Sin embargo, a pesar de todas estas variables, hay regularidades en el sistema de la morfología flexiva verbal del español que vale la reconocer. Aquí van algunas.

 

4.1 Morfología verbal de N/P

N ↔ [3PL] (se dice que también se usa para la segunda plural en las variedades del español americano, en las que la segunda persona plural es ustedes, forma que originalmente era de tercera plural)

MOS ↔ [1PL]

STE ↔ [2SG] / EN EL CONTEXTO DE PRETÉRITO PERFECTO (ama-ste)

S ↔ [2SG] /En todos los demás casos (amá-s, amaba-s, amará-s, amaría-s…)

4.2 Morfología de TMA

O (no acentuada) ↔ [PRESENTE DE INDICATIVO]/ PARA 1SG (amo, digo, bebo)

BA ↔ [PRETÉRITO IMPERFECTO] / Vocal temática A (amaba, cantaba, bailaba)

A o IA ↔ [PRETÉRITO IMPERFECTO] / Vocal temática E, I (vivía, comía, creía)

RÁ ↔ [FUTURO] / 2 y 3 persona (ama-rá, ama-rá-n, ama-rá-s)

RÉ ↔ [FUTURO] / 1 persona (ama-ré, ama-re-mos/ parti-ré, parti-ré-mos)

RÍA ↔ [CONDICIONAL] (ama-ría, parti-ría, teme-ría)

RO ↔ [PRETÉRITO PERFECTO] / 3PL (ama-ro-n, partie-ro-n, temie-ro-n)

DO ↔ [PARTICIPIO PASADO]

NTE↔ [PARTICIPIO PRESENTE]

5. Actividades para seguir reflexionando

1. Observe el paradigma del subjuntivo de los verbos del español y señale las regularidades que encuentra.

2. ¿Son correctas las siguientes segmentaciones en términos de descripción morfológica? ¿Por qué?

EN-SILL-AR-A-N

BAIL-A-R-E-MOS

VIAJ-A-R-ÍA

COMUNIC-ADO

3. ¿Puede formular alguna/s regla/s para el modo imperativo?