Apunte 4: TIPOS DE DATIVOS

Apunte 4: Tipos de dativos

Ante de comenzar, vale la pena repasar algunas cuestiones. En español, los pronombres y los clíticos pronominales presentan una forma particular según la función sintáctica que desempeñan en la oración. La información gramatical que representa este cambio se denomina caso y, en español, los clíticos pronominales presentan información de caso acusativo (cuando cumplen la función de objeto directo) y caso dativo (cuando cumplen las funciones que veremos a continuación). Como puede verse en el cuadro, solo la tercera persona nos permite distinguir entre un caso y otro, por lo que resulta relevante tener en cuenta esta distinción para reconocer de qué función se trata.

Cuadro 1: Clíticos acusativos y dativos del español

Persona y número Caso acusativo Caso dativo
1SG me (Juan me ama) me (Juan me regaló un libro)
2SG te (Juan te ama) te (Juan te regaló un libro)
3SG lo/la (Juan lo/la ama) le (Juan le regaló un libro)
1PL nos (Juan nos ama) nos (Juan nos regaló un libro)
3PL los/las (Juan los/las ama) les (Juan les regaló un libro)

Cuando el objeto directo aparece pronominalizado, i.e., sustituido por el clítico lo, el clítico dativo de tercera persona (le/les) presenta la forma se. Este un caso de variación alomórfica.

(1) a. Juan se lo devolvió. [se en lugar de le]

b. Juan se lo tejió. [se en lugar de le]

c. Juan me la rompió. [queda me porque no es tercera persona]

Entre las funciones sintácticas que se reconocen en español, están aquellas encabezadas obligatoriamente por la preposición a y que pueden ser reemplazadas por un clítico dativo (me, te, le, nos, les). En la mayoría de los casos, el clítico no solo reemplaza, sino que también duplica al dativo encabezado por a.

(2) Pedro lei regaló un libro [a Juan]i.

Cuando el constituyente encabezado por la preposición a no se pronuncia, se considera la presencia de una categoría nula/vacía (Ø) que está coindizada con el clítico.

(3) Pedro mei regaló un libro Øi.

Tradicionalmente, todas las construcciones de dativo se reunían bajo el nombre de objeto indirecto, en contraposición al objeto directo que no necesita de una preposición para que medie entre ese constituyente y el verbo.

(4) a. Juan compró [OD un libro]

b. Juan le compró un libro a Pedro.

Sin embargo, actualmente se prefiere hablar de construcciones de dativo y utilizar el término objeto indirecto para nombrar a aquellos casos en los que la construcción de dativo representa un argumento seleccionado por un verbo ditransitivo. Los verbos ditransitivos son los que seleccionan dos argumentos internos. En el caso general, uno cumple la función sintáctica de objeto directo y el otro se realiza como una construcción de dativo (objeto indirecto).

Las construcciones de dativo se dividen entre aquellas que representan un argumento seleccionado por el predicado verbal y aquellas que introducen un constituyente no seleccionado.

Dativos argumentales

Entre los dativos argumentales se reconocen dos grupos. Por un lado, se encuentran las construcciones de dativo que aparecen con verbos ditransitivos (predicados que suponen transferencia, verbos de comunicación, verbos de influencia). Estos dativos son los que clasifican bajo el nombre de objetos indirectos y las configuraciones sintácticas en las que aparecen tienen, además, un sujeto y un objeto directo. Subrayamos el objeto directo y marcamos en cursiva el objeto indirecto (y el clítico que lo dobla)

(5) a. Juan le devolvió el libro a Ana. [verbo de trasferencia]

b. Juan le prometió un viaje a su hijo. [verbo de comunicación]

c Juan me pidió un libro Ø. [verbo de influencia]

El objeto indirecto puede representar diferentes papeles temáticos, de acuerdo a los papeles que seleccione el predicado verbal. En general, se interpreta como META (Juan le regaló un libro a Ana) u ORIGEN (Juan le pidió el libro a Ana). Así como existen objetos directos sobreentendidos o implícitos, también puede haber objetos indirectos sobreentendidos. Esto no significa que el verbo no los selecciona, sino simplemente que no se pronuncian porque se interpretan de manera genérica o porque se sobreentienden en un contexto particular.

(6) a. Juan devolvió el libro de gramática. [Alguien DEVUELVE algo a alguien]

b. Juan prometió un viaje. [Alguien PROMETE algo a alguien]

c. Juan pidió un aumento [Alguien PIDE algo a alguien]

Además, las construcciones de dativo que se incluyen bajo el nombre de objeto indirecto son las únicas en las que, en ocasiones, es posible que no aparezca el clítico doblando al dativo.

(7) a. Juan donó libros a la biblioteca.

b. El corresponsal comunicó las novedades a la ciudadanía.

El segundo tipo de dativo argumental es el que aparece con los denominados verbos inacusativos, i.e., que no tienen argumentos relacionados con el caso acusativo (es decir, carecen de objeto directo). Se trata de predicados que involucran emociones (gustar, molestar, interesar) y verbos de estado (sobrar, faltar, convenir, etc.). Estos dativos se denominan dativos de interés. A diferencia de los objetos indirectos vistos anteriormente, en la forma discursiva más neutra (no marcada), los dativos de interés aparecen en posición inicial y el sujeto se pospone al verbo.

(8) a. A Juan le conviene esa chica. [verbo de estado]

b. A Ana le encanta el ballet. [verbo de emoción]

Además de ser argumentales, nunca pueden estar implícitos (9) y el doblado del clítico dativo es obligatorio (10).

(9) a. *Conviene esa chica.

b. *Encanta el ballet.

(10) a. *A Juan conviene esa chica.

b. *A Ana encanta el ballet.

Sí puede omitirse el constituyente encabezado por a y el análisis es el mismo que propusimos más arriba:

(11) a. Øi Lei conviene esa chica.[1]

b. Øi Lei encanta el ballet.

Los dativos no argumentales

Todas las lenguas presentan algún mecanismo para borrar argumentos que son seleccionados por un predicado y también para introducir elementos facultativos, i.e., no seleccionados. En español, una de las maneras más productivas de agregar un constituyente es a través de las construcciones de dativo. Los gramáticos acuerdan en que los dativos agregados pueden clasificarse en tres grupos, según el valor semántico que añaden a la construcción en general y su comportamiento sintáctico.

 

Dativo benefactivo: aparece con verbos de acción (es decir, que seleccionan un Agente), fundamentalmente monotransitivos, y denota a la entidad beneficiada o perjudicada por esa acción.

(12) a. Juan le cocinó una torta a su esposa. [Alguien COCINA algo]

b. Cleopatra le construyó un palacio a Julio César [Alguien CONSTRUYE algo]

En este caso, la duplicación por el clítico dativo es obligatoria y, cuando la entidad es beneficiada, puede parafrasearse por el sintagma preposicional para.

(13) a. Juan cocinó una torta para su esposa.

b. Cleopatra construyó un palacio para Julio César.

 

Dativo posesivo: aparece con verbos transitivos e inacusativos (intransitivos no agentivos) y denota la entidad poseedora. Con los verbos transitivos, el objeto poseído es el objeto directo (14), mientras que con los verbos inacusativos o con construcciones inacusativas el objeto poseído es el sujeto (15). Subrayamos la entidad poseída y en cursiva marcamos al poseedor (dativo posesivo).

(14) a. Juan lei rompió la bicicleta a Pedroi. [alguien ROMPE algo] > La bicicleta es de Pedro

b. Ana mei cortó el pelo Øi. [Alguien CORTA algo] > El pelo es mío/Mi pelo

c. Tei acomodé los papeles Øi. [Alguien ACOMODA algo] >Los papeles son tuyos/Tus papeles

(15) a. A Juani lei duele la cabeza. [algo DUELE] > La cabeza es de Juan

b. Se mei rompió la bicicleta Øi. [algo SE ROMPE] > La bicicleta es mía/ Mi bicicleta

c. A Juani se lei cierran los ojos. [algo SE CIERRA] > Los ojos son de Juan

Dativo ético: indica la persona que participa emocionalmente en el evento expresado por la oración y tiene un valor estilístico marcado.

(16) a. No te me vayas.

b. No te me duermas.

No hay muchas coincidencias entre los gramáticos con respecto a sus propiedades. Di Tullio señala que sólo aparece representado por un clítico, en general de primera persona, y descarta la posibilidad de la ocurrencia de la forma plena (a + SD), sin embargo, es posible la referencia a una tercera persona involucrada emocionalmente en el evento y la duplicación puede darse como tópico inicial: A mí la nena no se me pone nerviosa.

Dada su relación con el plano emocional, algunos autores (ver, por ejemplo, en la NGLE), lo denominan dativo de interés no argumental. Siempre representa a la entidad afectada emocionalmente por un evento, pero que no es responsable de ese evento. Independientemente de la denominación que se utilice, el punto es que el dativo introduce un experimentante en el evento, que no es seleccionado por el predicado.

(17) a. Se me cayó el vaso.

b. A mí se me rompió el vaso. (esta construcción es marcada y se puede interpretar también como posesiva)

c. A Juan se le murió mi perro. (aquí cancelamos la lectura posesiva)

d. A Juan se le cortó la luz y no pudo terminar el trabajo.

Conclusión: El punto fundamental en la discusión sobre los tipos de construcciones de dativo es poder reconocer cuándo el dativo introduce un constituyente argumental, i.e., seleccionado por un predicado, y cuándo se trata de un constituyente agregado. Dado que los dativos presentan muchos valores diferentes, no siempre resulta sencillo establecer una clasificación tajante. En la lengua se observan ciertas tendencias. De hecho, como vimos más arriba, hay dativos que podrían clasificarse como dativos de interés, aunque no se trata de constituyentes argumentales.

Actividad:

Reconozca cuál es la construcción de dativo en las oraciones de abajo y clasifíquelos. Puede haber más de un dativo en algunas oraciones.

1) Le prometí volver pronto.

2) ¿A quién le regalaste el libro?

3) Me puse la campera.

4) Se le cayó la cacelora.

5) A nadie le importa tu trabajo.

6) Ana no quiere prestarme plata.

7) Se me ensució el vestido que me prestó Ana.

8) Se me oscureció el pelo.

9) Juan le hizo un postre a Estela.

10) Le lavé la cara.

11) No me parece relevante tu pregunta.

12) ¿Me estudiaste la lección?

13) Al avión le falla el motor.

14) No me le quemen la cabeza al pibe.

15) Me da mucha rabia esa actitud tuya.

16) Te llegó la encomienda.


[1] En general, la categoría vacía se coloca en la misma posición en la que iría la forma plena. Por eso, en el caso del objeto indirecto la pusimos después del objeto directo y con el dativo de interés la ponemos en posición inicial.

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